LOS NIÑOS INQUIETOS NECESITAN AUTORIDAD Y LIMITES CLAROS
Los niños inquietos o mejor conocidos como niños
terremoto, niños bala, latosos, traviesos, liantes….pueden poner de cabeza a
los adultos y sin embargo, en un grupo de niños suelen ganarse la simpatía y
tomar el liderazgo.
¿CUÁLES
SON LAS CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN A LOS NIÑOS INQUIETOS? ¿QUÉ TIPO DE LÍDER
NECESITAN? ¿CÓMO ENSEÑARLES A TENER MAYOR DOMINIO PROPIO?
Te muestro unas pautas concretas para tratarles y
sacar a relucir sus mejores cualidades, basadas en principios de disciplina
positiva.
CARACTERÍSTICAS
DE LOS NIÑOS INQUIETOS:
Están más interesados en la acción y los
resultados, que en sus emociones o su
mundo interno.
Les gusta ser el centro de atención
Tienen mucha energía física y les gusta estar en
constante movimiento
Quieren tener siempre la razón, no suelen tomar
bien las correcciones y tienen tendencia a ser dominantes.
Cuando están descontrolados suelen portarse mal,
soltar palabrotas ó empezar a amenazar a los demás.
Tienden a la burla, especialmente de otros niños
más lentos ó menos capaces que ellos
Si no se “salen con la suya” pueden hacer grandes
pataletas.
Les cuenta trabajo centrarse en cualquier actividad
que implique estar sentados y sólo escuchando.
Cuando tenemos un niño inquieto descontrolado, nos
podemos sentir muy frustrados o preocupados al ver cómo se empeña en salirse
siempre con la suya, cómo se mete en problemas, cómo rompe cosas ó por las
constantes quejas en el colegio y/o de parte de otros padres.
Sin embargo, estos niños, por sus características,
pueden llegar a convertirse en buenos líderes, con el debido a poyo de sus
padres y/o profesores.
¿POR
QUÉ PUEDEN LLEGAR A SER BUENOS LÍDERES?
Son niños que no tienen miedo a decir lo que
piensan, la vergüenza no es una barrera para ellos, toman acción y hacen que
las cosas ocurran, cuentan con mucha energía, les gusta tomar responsabilidad,
son naturalmente atractivos para otros niños/as.
Para poder convertirse en buenos líderes y ser una
influencia positiva para los demás, tienen que ser, a su vez dirigidos y
liderados de la manera que ellos necesitan.
CÓMO
LIDERAR A UN NIÑO INQUIETO:
Los niños inquietos respetan a un líder seguro de
sí mismo y competente. Por ello, es importante que los padres y/o profesores
procuren no mostrar debilidad, indecisión o inseguridad.
Siempre tienen que saber de antemano cuál es el
plan, cuales son las normas y quien manda.
Podemos evitar llegar a los gritos y castigos
cuando el niño tiene muy claro cuál es el “plan de acción” ó lo que se espera
de él y que tenga un líder en quien confiar.
Es importante, escuchar su opinión, incluso tomar
en cuenta sus sugerencias, pero debe tener claro que los que tenemos la última
palabra somos los adultos.
Es muy desgastante tanto para los padres como para
el crío, sólo señalar de forma general lo que NO hace bien:
“Mira nada más cómo tienes tu habitación, parece un
nido de ratas”
“¿PORQUE
SIEMPRE JUGANDO A ÚLTIMA HORA? SIEMPRE LLEGAMOS TARDE POR TU CULPA”
En lugar de esto, es mejor decirles de manera
clara y directa lo que queremos de ellos. Ejemplo:
“Cuando terminaste de jugar con el lego, se
quedaron las piezas tiradas en el salón y quiero que las recojas y la pongas en
su caja, te ayudaré a hacerlo…y te pones junto con él a recoger.
“Veo que sigues jugando y quiero que te prepares
para marcharnos de casa” y tomas acción acercándole los zapatos, sacando la
chaqueta….etc.
DEL
DESCONTROL AL DOMINIO PROPIO
Los niños inquietos tienen que tener claro dónde
están los límites, más que cualquier otro niño.
No es conveniente darle muchas opciones a elegir ó
que vea que cambiamos de opinión o que cedemos ante determinadas conductas.
Necesitan mucha supervisión, normas, líderes y
acción.
Los deportes y los equipos supervisados son muy
buenos para ellos. Si los dejas solos por mucho tiempo, pueden volverse
mandones, meterse en líos y meterán en líos a los demás.
Quizás suene un estilo autoritario, pero no hablo
de un aprendizaje basado en las amenazas, el dominio y el miedo, sino de una
necesidad de tener una estructura clara de hasta dónde pueden llegar y de quien
manda, ya que, de otro modo tenderá a querer tomar el control ellos mismos.
Tener mucha actividad diaria les agotará y hará que
canalicen mejor sus energías y que puedan dormir bien.
La clave para motivarles es darle un puesto de
responsabilidad. Asignarles un papel de liderazgo con directrices claras, saca
a relucir sus mejores cualidades.
Cuando esté con un grupo de niños y queremos que
coopere lo mejor es que sea el primero, hacer que ayude a otros ó sea el
encargado de algo, en la medida de lo posible.
APRENDEN
MUCHO MEJOR PARTICIPANDO Y HACIENDO COSAS, QUE ESCUCHANDO
El “tiempo fuera” o quedarse un tiempo a solas, es
una técnica que les ayuda cuando están descontrolados y necesitan una
reorientación.
Les gusta mucho competir y eso podemos usarlo a
nuestro favor, retándolo por ejemplo haber quien recoge antes los juguetes.
El reconocimiento es algo muy importante para
ellos, no olvidemos de felicitarle y reconocer sus logros.
Los niños inquietos tienen que sentir que los
necesitamos y que podemos confiar en ellos.
Dándoles la estructura que ellos necesitan, se
sienten cada vez más seguros de sí mismos y se pueden volver más sensibles,
compasivos y generosos. Se vuelven más pacientes y pueden influir positivamente
en la vida de los demás, convirtiéndose en grandes líderes.
Tomado de: http://www.educapeques.com
Por: Tania Encalada
18 de marzo del 2015
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