LA IMPORTANCIA DE LAS
MUESTRAS DE AFECTO EN LA EDUCACIÓN
Nos preocupamos de educar las cabezas de nuestros
pequeños, también nos preocupamos por enseñarles buenos modales, porque
aprendan idiomas, practiquen algún deporte y desarrollen diferentes tipos de
habilidades que les serán de gran utilidad para su vida como adultos.
Sin embargo en muchas ocasiones olvidamos algo muy
importante para su bienestar presente y futuro, nos olvidamos de educarles en
el afecto. Educarles en el afecto es de vital importancia para un sano desarrollo
emocional y afectivo. Siendo las muestras de afecto imprescindibles para el
desarrollo infantil.
Las personas somos seres afectivos por naturaleza.
Nacemos inmersos en una sociedad y desde el nacimiento establecemos vínculos y
lazos afectivos con nuestros congéneres. Los afectos, por lo tanto son algo
inherente a las personas, forman parte de nosotros.
A pesar de que los afectos impregnan nuestras
conductas y pensamientos y nos hacen experimentar multitud de emociones, suelen
dejarse de lado a la hora de la educación e incluso en nuestro día a día.
Ocultamos nuestros afectos, reducimos sus muestras y reprimimos las sensaciones
afectivas, creando una mezcla difícil y extraña, que es difícil de definir.
Educar en el afecto es una necesidad, se trata de
hacer a los niños conscientes de sus sensaciones afectivas, del cariño, del
amor. Educar en el afecto consiste en poner nombre a esas emociones, de
entender nuestros vínculos y relaciones más íntimas, de saber cómo nos afectan,
y de ser capaces de expresar y recibir ese afecto sin miedo. Educar en el
afecto, se basa en educar para no depender, para tener afecto a los demás y
tenerlo a uno mismo.
La importancia de las muestras de afecto en la
educación.
Las muestras de afecto son claves para el
desarrollo sano. Para educar en el afecto debemos empezar por las bases, por
las muestras de afecto. Normalmente reprimimos estas muestras en público y en
privado las racionamos. Tenemos la idea equivocada de que mostrar afecto nos
puede hacer vulnerables, de que querer a los demás nos puede hacer daño y por
lo tanto es mejor ser duro y no mostrar nuestros afectos.
Pero precisamente eso nos hace más débiles, tal vez
podamos reprimir las muestras de afectos, pero no podemos reprimir el afecto en
sí. Esto provoca una contradicción complicada. Lo sano es dejar salir ese
afecto y enseñar a los niños a expresarlo sin miedo. Solo así entenderán que
querer no nos hace vulnerables, que querer a los demás es una experiencia que
nos enriquece, nos hace aprender y potencia nuestro desarrollo.
Los niños necesitan muestras de afecto, necesitan
percibir que les queremos y tener la seguridad de ese cariño.
Claves para educar en el afecto.
Emplea las muestras de afecto.
No reprimas las muestras de afecto de los niños, ni
tampoco presiones las mismas. En ocasiones les obligamos a dar un beso y en
otras ocasiones les reñimos porque no es el lugar adecuado para eso.
No te limites solo a los gestos, acompaña los
gestos de palabras, pon nombre a ese afecto.
Ayuda al niño a identificar las diferentes
emociones asociadas a sus afectos.
Edúcales para que no se avergüencen de sentir
afecto o de decir te quiero.
Tomado de: http://www.educapeques.com/
Por:
Tania Encalada
10 – 03 – 2015
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