Cuando los pequeños toman como hábito
responder a lo que les adultos les dicen, entramos en una dinámica de
conflicto.
Los adultos se desesperan, no comprenden
porque los pequeños responden y no saben cómo llevar esa situación.
En determinados momentos los niños y niñas
se vuelven contestones. Cuando les corregimos responden. No aceptan lo que se les
dice y quieren dar su opinión, eso es normal y no es malo, pero lo hacen de
malos modos, y aquí es donde está el problema.
Es bueno que el pequeño de su opinión y que
evalué críticamente lo que se le dice, pero debemos prestar atención al modo y
la situación en la que lo hacen.
Ante una riña pueden explicar su punto de
vista pero no deben contestar y entrar en una lucha con nosotros.
Porque contestan los niños y niñas
Los niños a lo largo de su crecimiento van
desarrollando su personalidad, es importante que aprendan a establecer su
propio criterio y que cuestionen lo que se les dice. Pero deben saber hacerlo
con educación y desde el respeto. Debemos enseñarles que se puede dar la propia
opinión, que de hecho es importante que lo hagan, pero con buenos modos.
En estos momentos de desarrollo de la
personalidad y formación de la propia identidad, es normal que los niños y
niñas respondan y quieran tener opinión. A nivel emocional los pequeños
necesitan desvincularse afectivamente de la figura de los padres como camino
necesario para reafirmar su propia personalidad.
10 RECOMENDACIONES PARA EVITAR Y MANEJAR LAS
MALAS CONTESTACIONES
1.
Ten en
cuenta que no es nada personal contra nosotros. No lo tomes como un ataque
personal, entiéndelo como parte normal del crecimiento y desarrollo del niño/a.
2.
Evita
entrar en una lucha directa. No respondas con malos modos, no entres en un
conflicto con ellos.
3.
Ante
una mala contestación trata de averiguar lo que hay detrás de la misma. Si es
porque está cansado, molesto por algo, que es lo que le desagrada para
contestar así; o si simplemente es un hábito aprendido. Para ello pregúntale
que es lo que le pasa, obsérvale cuando contesta.
4.
No debes
dar demasiada importancia a la mala contestación. Cuando damos
importancia a algo lo podemos estar reforzando o entrando en una dinámica que
queremos erradicar. En lugar de eso, cuando te conteste mal, ignórale hasta que
lo haga adecuadamente y con educación.
5.
Explícale,
sin alterarte y sin entrar en discusión, que si no te dice las cosas de manera
adecuada no le vas a escuchar. Le puedes decir lo siguiente: “me parece bien
que me expliques lo que no te gusta, pero no puedes decirlo gritando o
contestando mal, si lo haces así no te voy a escuchar. Estaré encantado de
dialogar contigo y que me expliques tu opinión, pero cuando me hables con
educación.” Después de explicarle esto no le des más vueltas al tema, no hables
más de ello, en todo caso repites lo que le has dicho de nuevo.
6.
Déjale
claro que no vas a pasar las malas contestaciones, para ello no prestes
atención a las mismas y haz que lo sepan: “ entiendo que no te guste esta norma
o esta situación, pero no vamos a consentir que respondas mal”
7.
Emplea algún
tipo de castigo que le haga reflexionar cuando tenga una mala contestación,
como llevarle al rincón de pensar, etc.
8.
Modelado.
Haz de ejemplo, no le respondas con una mala contestación y tampoco las emplees
con otros miembros de la familia o personas.
9.
Cuando
el pequeño nos dé su opinión, ya sea en contra de algo que le decimos, pero lo
haga de una manera adecuada, con respeto, le atenderemos y le reforzaremos esa
conducta.
10. No critiques nunca a la persona, critica la
contestación, pero no al niño o niña.
Tomado de: http://www.educapeques.com
Por: Tania Encalada
05 / 07 / 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario